Hablan, en momentos como los que estamos viviendo, la esperanza la debemos sacar de nuestro subconsciente, aquél que tantas veces nos ha traicionado hasta el momento.
¿Por qué optar por esta opción?
La razón ha dejado de cobrar protagonismo. La razón ya no nos puede dar soluciones.
Nuestra lógica ha abandonado su versatilidad.
Ahora, más que nunca, los profesionales de lo metafísico nos recomiendan fiarnos de nuestra voz interior. Sin influencias, sin verse afectada por efectos externos como el miedo, lo correcto, la apariencia...
Factores que han tomado medidas sobre nuestro comportamiento con una única finalidad:
"aparentar una mínima perfección o percepción de lo adecuado"
Marionetas de cuatro, por decir algo y como los gatos, "seres superiores" metafóricamente hablando...pero; pudiendo ser nuestro propio "Super Yo" aplicados a nosotros, ¿por qué no serlo? ¿por qué depender del qué pensarán? ¿por qué temer? ¿por qué no "autofiarnos"?
Nos brindan la opción de ser más felices, pero tan simple es que lo creemos imposible.
Decidí hace tiempo quererme y querer a los demás.
Decidí decir cuánto amo.
Decidí besar y abrazar.
Decidí y comprendí que estamos tan falta de cariño que nos da miedo dar porque no estamos lo suficientemente acostumbrados a recibir.
Decidí que queriéndome y sintiéndome más querida, querría más y me daría cuenta que lo que realmente necesita mi subconsciente es: "querer y ser querido"
¿Qué hay de malo en ello? ¿Por qué no fiarme de él?
Saco de conclusión un célebre verso: "Perdona si te llamo Amor"