Razones para creer - Charo Izquierdo



"No, no se froten las manos algunos. No, no teman otros. No, no voy a hablar de religión. 
Creer va más allá de las creencias que entendemos como propias, de las aprendidas. Ahora que los niños - y muchos mayores - tienen recogidos sus regalos de Reyes Magos es el momento de empezar el año. Y más vale comenzarlo desde el positivismo, que para negatividad ya hemos tenido bastante, en un año que, por cierto, no era bisiesto, pero que para los supersticiosos se ha comportado peor que si lo fuera. Sí, vale, yo soy de natural optimista, pero si no lo fuera, creo que habría recibido una inyección de moral con la campaña que lleva el mismo título que esta misiva y que firma Coca-Cola.  En mi caso, la vi y me conmocionó
Porque, efectivamente, por cada caso de mujer muerta a causa de la violencia de género, miles de mujeres en el mundo sonríen felices aceptando una petición de matrimonio. 
Por cada caso de hombre maltratado, sobretodo psicológicamente, por su pareja, miles sonríen tras escuchar el primer -te quiero-.
Porque por cada caso de niño que muere a causa de la desnutrición, siguen naciendo a lo largo y ancho del planeta millones de niños capaces de darle la vuelta a las estadísticas. Yo espero ser tía en 2012, por la vía familiar y por la vía de la amistad.
Porque mientras muchos niños viven en condiciones de extrema pobreza en el mundo y sin un hogar en el que desarrollarse, muchos niños disfrutan de hogares confortables a los que acceden la mayoría de forma espontánea y otros gracias al trabajo de múltiples organismos internacionales y ONG que trabajan desde la generosidad y la honestidad, con el único objetivo de trabajar en favor de la infancia. 
Por que mientras la crisis provoca el aumento de paro, se crean nuevas e innovadoras empresas, que conforman o conformarán el tejido económico y empresarial de nuestro país.
Porque mientras hay trabajadores (fundamentalmente trabajadoras) que sufren discriminación por el mero hecho de ser padres (fundamentalmente madres) y querer o necesitar una modificación de su jornada o de su labor para cuidarlos, cada vez más hombres y mujeres disfrutan de una conciliación entre su vida personal, entre otras cosas gracias a las nuevas tecnologías.
No es ingenuidad, ni es voluntarismo. Es la realidad. La negativa, claro; pero también la positiva. 
No se trata de quedarnos como estamos. 
Se trata de tomar lo negativo en positivo. Y cada uno es capaz de poner su grano de arena para lograrlo. 
Se trata de que no haya violencia de género, ni maltrato en general, desde luego tampoco infantil. Se trata de luchar contra la pobreza, contra el hambre. 
Se trata de romper la cadena que avoca al paro... Pero siempre sabiendo que ni todo es malo ni todo será. 
Basta con tirar de la voluntad hacia arriba, en lugar de hacerlo hacia abajo. Basta con creer desde los pequeños ámbitos de nuestra vida que una existencia mejor y con más igualdad de oportunidades es posible. Basta con crear alternativas al talento y alentar una sociedad en la que se valore pero donde además se incentive el mérito y los conocimientos (también, y por cierto, los sentimientos).
Hay razones para creer que un mundo mejor es posible. Pero nada nos lo va a ofrecer en bandeja. Es el momento de pasar a la acción y arrumbar la queja tan poco productiva."







I could but I don´t therefore...


I´ve been roaming around always looking down at all I see...painted faces, build the places I can´t reach.
You know that I could use somebody. Someone like you, and all you know and how you speak...
Countless lovers under cover of the street.
Off in the night, while you live it up, I´m off to sleep...waging wars to shape the poet and the beat.
I hope it´s gonna make you notice. Someone like me, someone like you. Somebody.

I miss missing you.



Jean Claude Ellena para Harper´s Bazaar.



Desde que hago perfumes, he aprendido e inventado aproximaciones olfativas como si fueran las primeras frases, las primeras notas de música, las primeras imágenes que trabajamos intensamente para despertar el deseo del lector, del oyente, del espectador con el fin de que le apetezca ir un poco más allá. Así es como compongo mis perfumes, y así es como he creado la colección de perfumes-jardín, que nacen de mis cuadernos de viaje.
El primero fue Jardín en Méditerranée. Había sido invitado a conocer el jardín de Leila Menchari, la directora de  decoración de Hermès y leyenda viva de la casa en Túnez. Llegué sin ninguna idea del perfume que iba a hacer. Mis noches eran sofocantes. Dormía poco, aunque el jardín me soplaba a la nariz los olores de los naranjos, de los laureles rosa, de lirios de mar. Sentía estos olores como trampas olfativas. No podía ser el perfume del mediterráneo. La idea nació de un gesto que una joven hizo arrancando una hoja de higuera. La estrujó, se la llevó a su nariz y tuvo una hermosa sonrisa que capté para crear este perfume.
El segundo viaje me llevó a Asuán, a la orilla del Nilo. El tema del año de la casa Hermès era el río. Llevaba los bocetos de un perfume que estaba creando y me gustaba mucho, y una frase que memoricé y me rondaba por la cabeza desde que leí "El Gatopardo", de G.T.Lampedusa: "Quien vive cerca del Nilo niega los paraguas pero desconfía de los cocodrilos". Me gustaba esa frase que nos invitaba a cambiar nuestro punto de vista. Después de una etapa en el Cairo, llegué a Asuán. La luz era viva, el aire ardiente, el viento seco pero no había olores salvo los del alquitrán y el queroseno. 
En busca del menor indicio de olor, lo que pacientemente había elaborado, no miraba nada. La belleza del Nilo me era ausente. Me sentía secuestrado por mi creación, preso de mis certezas, y de los "a priori" que había puesto en el frasco. Me faltaban dos días para resignarme a decir adiós a mis trabajos, para que mis sentidos se descubrieran. Pero paseando a lo largo de una avenida de mangos nació la idea del jardín sobre el Nilo.
Por elección soy un viajero inmóvil. Mis viajes son interiores. Ir al descubierto de un nuevo país, en busca de un nuevo jardín, es para mí una prueba. Para abrirme el apetito miro mapas, leo libros, pero entiendame: cuando se es perfumista no se puede solo ver mapas, y guías. Mis instrumentos de medida son mis sentidos y  como son engañosos, también me gusta llevarlos a mi terreno. Así es como, para el tema de la India, opté por irme a Kerala, un paraíso en la tierra donde pensaba encontrar mi fuente de inspiración.
Era mayo. Descubrí un gran jardín bajo el monzón. A veces la lluvia se hace discreta. Este gran jardín retoma su respiración. La hierba se agita, las hojas se vuelven más verdes, los árboles se incorporan, las corolas de flores se despliegan. Acerco tímidamente mi nariz para no precipitar nada. El olor renace vivo, frío, chispeante, mojado. Así fue el Jardin après la Mousson (jardín después del monzón) que puse en frasco.
¿Había viajado demasiado?. Pero este año, decidí quedarme en París y hacer aflorar un jardín secreto, un jardín en el tejado del 24 Faubourg Saint Honoré, de la casa Hermès. Este jardín se llama Jardin sur le Toit. 
Pero no concibo el deseo si no es compartido y no veo como podría ser de otro modo sino como un deseo egoísta que tan solo vivirá un instante.


¿Quién dice que el amor no es ciego?