Falta de sosiego.
Desaparecer, no resulta tan imposible.
Visualizar la esencia de lo incoloro aun cuando la visión se apaga, es lo verdaderamente complicado.
Encontrarse. Leerse. Sentirse. Denotarse.
Confiar y dar apoyo al alma acaba resultando primordial.
Dejarse llevar. Despreocupación. Perderse. Libertad, al fin y al cabo.
No existe una sola palabra para definir Omotenashi; su sentido de bienvenida no se entiende sin el corazón.
Rara vez un nombre esconde un significado lo suficientemente poderoso como para inspirar una filosofía completa. Shiseido, "la casa que contribuye a mejorar la calidad de vida", es una de estas preciosas excepciones. De la mano de la fantástica figura de Shinzo Fukuhara, -primer presidente de la firma; fotógrafo y esteta de espíritu renacentista-, este leit motiv se transformó en tres valores inquebrantables.
Sabiduría
"Todo debe poseer sabiduría", repetía Shinzo Fukuhara. Un ideal que implicaba vivir en plenitud, en una búsqueda constante de la excelencia. La palabra sabiduría adquiere en Shiseido un ambicioso matiz: el de la búsqueda de la verdadera calidad, el de la ambición por las ideas brillantes de impecable desarrollo, el de un deseo de plenitud, guiado por un único objetivo: experimentar y disfrutar la vida profundamente.
Cuando la filosofía se encuentra con el producto, la traslación es descaradamente estética. Pensaba Shinzo que para que la gente se sintiera lo más bella posible, los cosméticos que utilizara también debían ser lo más estéticos posible. La opulencia occidental se vistió de la simplicidad japones; y se hizo la magia, en forma de una rica identidad de marca en constante desarrollo. Como la propia belleza. Como la verdadera sabiduría.
Omotenashi
Es una palabra difícil de traducir porque lo que encierra no es tanto un concepto como un estado de ánimo, una predisposición abierta y sincera hacia el otro. Proviene de `Omote´ y `Nashi´, que vienen a indicar `sinceridad´. Por otro lado, también de `Mote´ y `Nashi´, que juntas significan alcanzar. Lo que implica este término, en realidad, supera las palabras. En si esconde el valor de la hospitalidad, la calidad con la que se recibe al otro al comienzo de una relación, el dar sin esperar nada a cambio... Pensamientos casi filosóficos que se traducen en gestos y en actitudes. Se entiende como un modo de hacer feliz al otro, pero partiendo desde la parte más íntima de nuestro ser, un acto que implica a la parte más íntima y profunda del alma humana. Un ejemplo tangible se encuentra en el arte de dar, siendo el mejor anfitrión el que se adelanta a los deseos del invitado, que hace que se sienta a su gusto sin tener que solicitar nada, creando un entorno de perfección sin que se le pida ni le sea recompensado. Es la manera en la que Shiseido da la bienvenida, desde el corazón, a todo aquel que quiera acercar a su universo, a su ciencia, a su belleza y a su evolución constante.
Ciencias de la belleza
La belleza es una ciencia, pero sobre todo, la belleza es algo que va mucho más allá de la piel. Si el ser humano es un conjunto de sistemas, la piel no es algo independiente del cuerpo, la mente o el espíritu. Por eso en Shiseido la investigación trasciende la química de los cosméticos y la biología de la piel, para incorporar la percepción humana en su conjunto, teniendo en cuenta nuestra respuesta física, mental y emocional a todo lo que nos rodea. Si hay un valor fundamental detrás de la investigación en Shiseido es la teoría de la homeostasis, que defiende que en cada nivel la naturaleza de la vida humana está en constante adaptación y búsqueda del equilibrio. Cuando de crear nuevas tecnologías de la belleza se trata, Shiseido parte de una base que es la capacidad innata que tiene el cuerpo de sanar, pero también de su propio equilibrio. Solo así la piel gozará del poder de mantener su estado óptimo de por vida.