A veces siente como si el mundo se le cayera encima y no es por ella. Es la vida que no le responde. No le responde como debería.Estaba sola, sentada en el bordillo de la calle cuando por casualidad en lo mojado del suelo, después de la intensa lluvia que había caído durante todo el día, vió una luz. Se reflejaba en ella una imagen, pero no sabía de que podia tratarse.Fijamente observando aquel charco de agua vió como unas gotas se elevaban del suelo. ¿qué significaba todo aquello? ¿qué estaba ocurriendo? Temiendo algo extraño pero sin moverse, atendió a ese extraño efecto hasta que cogió finalmente forma. Se convertía en un dedo, un dedo que la señalaba sin malicia. Ella dedujo que se trataba de alguien especial en su vida, cual materia no estaba presente ya con ella. Supo al instante de quien se trataba, era aquel que siempre había estado con ella, aquel que tanto la había querido y aquel a quien nunca en su vida olvidaría.
Era su amor.
Ese dedo que tan poco era, se transformó en una mano, una linda y casi invisible mano. Ella extendió la suya con miedo a que por un simple toque de su materia física con la surreal de esas gotas unidas, se destruyera y perdiera ya ese especial contacto con la persona que tanto quería y echaba tanto de menos.Confirmó al acercase que podía tocarla, podía sentir lo que hacía apenas unos años sentía cuando lo tenía a su lado. Era impresionante, era magia.Mientras mantenía su mano cogida sintió como si un mensaje desde el más allá le llegara hasta su interior.
Lo entendió.
Viviría, sin olvidar, pero teniendo presente su importante vida que tantos valores tenía y tantos sucesos inesperados, pero buenos, le traería.
La vida es sueño.
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