Y tanto de todo lo contrario pero agrio y desconsuelo por todos los rincones, entonces:
Ya está ahí la Luna.
Que perra la vida y esta soledad.
No quisiera perderme tu tren y saber lo que es malgastarte. Podría coger cualquier autobús con tal de un beso más pero tengo pesado el hogar y ya no puedo hacerlo igual.
Puede que mañana me quiera ir y puede también que mañana sea la vida y que mañana, no exista mañana. No soy una niña.
No soy ese duende.
No soy luchadora.
No soy tu camino.
No soy buena amante, ni soy buena esposa.
No soy una flor, ni un trozo de pan sólo soy esa cara de idiota.
Idiota por tener que recordar la última vez que te pedí tu amor.
Idiota por colgar tus besos con un marco rojo por si ya no vuelvo a verlos más.
Idiota por perderme por si acaso te marchabas ya, y tirar tu confianza desde mi cama hasta esa ventana.
No ves qué fácil ha sido para mí perderlo todo en un momento por mi miedo a perder, por mi miedo a no controlar tu vuelo.
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